domingo, 27 de mayo de 2012

Justicia ... o decadencia

"No es que cándidamente se pretenda la mas alta sofisticación en las prácticas de informática forense desconociendo las limitaciones que pueden manifestarse en el orden local, sino simplemente que se preserve la prueba en lugar de contaminarla o poner en duda su contenido mediante operaciones desaprensivas sustraídas al control de la parte". Esto es lo que dice en su dura crítica a Oyarbide el fallo de la Cámara Federal de la ciudad ante la falta de preservación adecuada de la evidencia que derivó en la nulidad de las pericias de mails que involucraban a R.Jaime. Como es posible que alguien que maneja a la perfección los tiempos del apriete, ensamblando la aceleración con la morosidad en el tratamiento de las causas, en un baile siniestro de giros, frenos, avances, retrocesos y distracciones, haya eludido todos los pedidos de juicios políticos y continúe asestándole golpes a una justicia inmóvil (y cómplice ?) por la que la ciudadanía clama. Como es posible que un hombrecito mueva las causas como lo hace un hábil prestidigitador con sus cartas ante nuestras narices y debamos tragar sopa de indignidad cuando el Consejo de la Magistratura hace jugadas de ajedrez para evitar que sea juzgado y seguramente destituído. Lo que es peor, por que todo llega, el día que de tanto ir a la fuente el cántaro se rompa y deba enfrentar el juicio, seguramente se le aceptará la renuncia y en un par de semanas, con un par de noticias impactantes arrojadas a los medios, todos habrán olvidado al hombrecito. Y colorín colorado ... Una sola respuesta es posible a mi planteo, todos ante quienes supo y pudo ejercer su oculto poder tienen ropa sucia que esconder ante el ciudadano. Juan José de Guzmán jjdeguz@gmail.com

De Forster, memoria e historia argentina

Quien esto escribe es un ciudadano que lucha contra el hastío que la denegación de justicia, instalada desde largo en nuestra sociedad le genera. Y que no tolera los relatos incompletos de nuestra historia reciente a los que les falta el comienzo, el porqué de todo lo que ya sabemos sucedió después. Días pasados pude ver el video de escasos 3 minutos en los que Ricardo Forster, uno de los intelectuales de Carta Abierta, describió en el programa 6, 7, 8 lo que le sucedió a la Argentina en los 70. Opinaba sobre la memoria y los vínculos con el pasado, en coincidencia con la figura que el historiador Luis Alberto Romero traía al citar a Marx, cuando decía que la historia solía darse dos veces, como tragedia la primera y como farsa la segunda. Y que deseaba que en nuestro país ocurriera lo segundo, porque este Gobierno estaba generando condiciones de violencia a partir de la apropiación terrorista de la memoria de los DDHH. También, en un tono que suena como propio, porque lo acentúa, menciona el relato de la “Operación primicia”, en Formosa, a la que Ceferino Reato en su libro define como “la acción de Montoneros que desencadenó el golpe de la dictadura”. Lo que rescato como altamente positivo de este video es que por primera vez, desde un espacio kirchnerista, alguien parece levantar la voz para decir: “Perdón señores, es necesario que abramos el debate, los militares no fueron llamados desde el Congreso para aniquilar idealistas indefensos, los Montoneros tuvieron mucho que ver con la llegada del golpe”. Debería servir de introducción obligada al debate que nos debemos como Nación. Pretender reescribir la historia de manera sesgada sólo nos llevará a dividirnos. Los argentinos necesitamos tener una historia oficial que sea real, aunque duela. Es de la única manera que algún día podremos reencontrarnos y perdonarnos, que mucha falta nos hace. Juan José de Guzmán jjdeguz@gmail.com

La mala política

Una vez mas, como si no existieran acabadas muestras de lo que significa el término corporativismo en el Congreso los senadores lo escenificaron de manera nítida, a raíz del caso Ciccone. No se trataba ya de ir al rescate de alguien a quien se le hubiera negado la posibilidad de defensa, nada de eso. La justicia quedó amordazada ante la pronta respuesta de los levanta manos, que hicieron su tarea mas rápido que lo habitual. Claro, se corría el riesgo de que la temeraria jugada del acusado terminara destapando todas las ollas. Ante esa posibilidad la inmediata reacción de los legisladores oficialistas evitó que se pudiera soñar siquiera con la llegada del famoso tiro para el lado de la justicia, que tantas veces aflora en nuestras charlas. Una vez mas, como cuando se privatizó YPF, o cuando se debatió la reforma laboral, Banelco mediante, o ayer nomás, cuando se reestatizó YPF, nos han mostrado la mas clara imagen de lo que es la "mala política". La patria se los demandará. Juan José de Guzmán jjdeguz@gmail.com

La patria no se arrebata, ni se devuelve.



La patria no se arrebata,  ni se devuelve.
No quisiera pecar de desagradecido con quien siente orgullo por devolvernos lo que supone, otros nos han arrebatado. Pensaré que me han  devuelto la patria el día que la haya sentido perdida. Mientras esto no ocurra seguiré luchando como lo hice siempre, con fervor, con pasión, desde el lugar que fuere, para que mejoren las instituciones en mi país. Para que el concepto Democracia no se desvirtúe ni el de Política devalúe. 
Para que la educación se convierta en la prioridad mayor, porque con ella mejorarán todos los índices de prosperidad. (sólo ella iguala socialmente generando oportunidades para todos). Para que el acceso a la salud sea universal, pero priorizando a mis compatriotas. Para que la economía produzca al fin, una reforma tributaria que logre la distribución de la riqueza de manera equitativa (sin la discrecionalidad con la que se reparten los impuestos recaudados, que pagamos todos). Para que la justicia vuelva a ser el lugar donde descansen los valores inmanentes de la sociedad y no el conjunto de regulaciones ciudadanas que favorecen al gobierno de turno.
Lo único que siento hemos perdido los argentinos es la valoración de la justicia. Arrebatada en cada cajoneo, en cada pérdida de pruebas, en cada maniobra realizada para eludir los mecanismos de control existentes, pero que son burlados con artimañas desde todos los gobiernos, con el único objetivo de lograr impunidad, evitando con ello ser investigados durante y/o después de sus mandatos.    
El de patria, es un sentimiento casi único, intransferible. Como el amor a los hijos.
                   Juan José de Guzmán     jjdeguz@gmail.com

Por qué padecemos decadencia moral?


POR QUE PADECEMOS  DECADENCIA MORAL ?
Porque el que roba, mata, o esta fuera de la Ley, como escribió Discépolo alguna vez, será condenado o absuelto dependiendo de la vereda por la que transite. Pero mucho mas grave aún, porque la justicia dejó de ser el lugar en donde se encontraban resguardados los valores que una sociedad había definido como inmanentes a través de los tiempos, al que se debía acudir en  busca de remediación o reparación, cuando las razones de un lado u otro se hallaban en las antípodas. Ha pasado a ser mas bien un conjunto de regulaciones ciudadanas que viajan dentro de un colectivo imaginario, al cual conducirá, quien detente el poder de turno con total discrecionalidad. Razones sobran para pensar que así de cambiante actúa la justicia en nuestro país, que por una y mil razones sólo ha podido enviar a la cárcel y expropiarle una de las varias propiedades que adquiriò, a una  ex-funcionaria.
La Sala 1 de la Càmara Nacional de Casaciòn Penal acaba de rechazar un recurso de casaciòn confirmando la prescripciòn del hecho, en el atentado contra un organismo federal, cuyo saldo fue de varios muertos y heridos.
Si planificar y llevar a cabo un atentado contra la vida de un centenar de personas que habitaban un organismo del Estado puede no ser considerado como delito de lesa humanidad por una instancia superior de la justicia y con ello lograrse la absolución por prescriptibilidad de la causa de quienes lo pergeñaron, el origen del término justicia queda pervertido, adulterado, desfigurado, porque no es justo que así suceda.       
De cualquier manera, el hecho de zafar por obra de este fallo no exime a sus autores  del juicio moral de la sociedad,  que los ubica en un lugar parecido al que eligió para los militares asesinos (condenados en el histórico Juicio a la Junta de Comandantes).
Sépanlo, ténganlo muy en claro señores beneficiados por  este fallo, para nosotros, aunque ustedes no sean condenados hoy por una justicia amañada, no representan otra cosa que la contracara de la misma tragedia que nos enlutó a todos, a la que hace rato necesitan ponerle fin los argentinos. 
         juan josè de Guzmàn      jjdeguz@gmail.com  
                                 http://jjdeguztemas.blogspot.com/

viernes, 29 de abril de 2011

Es la política, estúpido

Pensaba para mis adentros, si tuviese que definir La política, como lo haría ? Recordaría aquella que hacía hincapié en los roles, entonces la vería como a la actividad del conjunto de los ciudadanos que participa en los asuntos de un estado, ciudad, etc., con su voto, sus peticiones, sus protestas  o de otra forma. Podría también intentar con algo mas altruista y pensar entonces que es la actividad que el Hombre desempeña desde el Estado con el solo objeto de dirigir acciones en beneficio de la sociedad.

Los argentinos solemos escuchar con interés la radio, mirar con atención la tele o comentar con fruición las noticias de los diarios a la par que transcurren nuestros días. En medio de la rutina diaria, sin advertirlo se sucederán infinidad de hechos políticos, que incidirán directa o indirectamente en nuestras vidas sin solución de continuidad. Cada nuevo gobierno una vez instalado,  nos mostrará la profundidad de la crisis que ha heredado, nos revelará cuan equivocado ha sido el rumbo de la anterior gestión y se proclamará fundante de algo nuevo, a lo que llamará  modelo,  al cual será necesario apoyar como mejor y casi única alternativa a semejante lastre recibido. Y si ya estuviere instalado aguzará su ingenio con los números, para demostrarnos que la medida de la crisis que aún  arrastramos,  fue tan, pero tan impensada, que para recuperarnos, necesitará  por lo menos de un mandato más.

En el mientras tanto, el horizonte ciudadano por lo común se achica, se llena de miedos, de inequidades  y de frustraciones.

Porque a pesar de haber producido en 2001 con el espontáneo sonar de sus cacerolas una rebelión ciudadana sin precedentes, que provocó la caída del gobierno de entonces, e hizo que el mundo entero volviera su mirada asombrada  hacia ese intrépido país, que deliberaba en plazas y esquinas exigiendo pacíficamente que se fueran todos, poco y nada cambió desde entonces. Todos los que de una u otra manera hicieron posible que la Argentina dejara de encolumnarse entre los  mejores y mas prósperos países del mundo para caer en la decadencia que hoy detenta, siguen mostrándose, elección tras elección como la única  alternativa para salir de esta crisis eterna que nos persigue. Mientras esto ocurre, un ejército de indigentes, cartoneros y drogadictos irrumpen en los espacios que no hace tanto transitábamos todos, sin necesidad de clausurar puertas ni ventanillas, ni darnos vuelta, mas que para saludar a algún vecino, salteado al pasar.

Mal que nos pese, aún no hemos aprovechado un mas que favorable contexto internacional sin precedentes, pues se ha instalado en nuestra agenda política, como solución a estas urgencias, los subsidios. A pesar de que con ellos no se redistribuye, sólo se sale de la emergencia  (y se malacostumbra al ciudadano).

Nada que tenga que ver con el largo plazo, pareciera interesarle a nuestros políticos. En los varios años que llevamos de crecimiento sostenido no hemos aprovechado para discutir en el parlamento proyectos que nos hablen sobre cómo vamos a adecuar la Educación a los cambios tecnológicos  en los próximos 10 años, o qué vamos a hacer para mejorar la salud de la población, ni qué cosas implementar para mejorar la infraestructura ferroviaria (no sólo la vial), o de que manera vamos a saldar la deuda vergonzosa  con los jubilados, o cómo  sacar de la calle, para recuperar y darles un horizonte mas amplio a las generaciones comprendidas entre los 12 y los 25 años.

Las imágenes mas frecuentes que el ciudadano pueda tener de los políticos y cómo actúan en lo cotidiano, es probable que tengan que ver más con el juego de las escondidas, que frecuentemente nos obsequian los legisladores desde el Congreso,  el del monigote, que nos regala la segunda y tercera línea de funcionarios ante las palabras de la presidente en cualquiera de sus improvisadas alocuciones o las peleas diarias entre el gobierno de la ciudad y el vocero de turno para ver quien la tiene mas larga.

El recuerdo del genial Tato Bores, vestido de frac en sus sketchs,  atónito, dando pasos inseguros, vacilantes, con la mirada perdida, mudo ante el desfile de gente que ante él, mostraba  pedazos de la miseria que habita en cada ser, sobrevuela en mí, cada vez que me pongo a pensar en estas cosas.

Y  me siento como el título.
    
Juan José de Guzmán    jjdeguz@gmail.com   jjdeguztemas.blogspot.com/      

lunes, 18 de abril de 2011

Kirchner, los argentinos y la historia

Publicada en Clarín, Cartas de lectores. 18/4/2011

Los mortales mantenemos un velado acuerdo con la carne en el momento de la muerte. En tanto el funeral nos la exponga, solemne, a quien hasta hace nada estaba entre nosotros, no es de buen tino comenzar a descarnar. Tal vez más tarde se llegue al hueso, pero ahora no. Eso es el duelo, el momento final que sólo acepta el llanto.
Allí, la mente se nubla y por ello nos guarecemos en el silencio como señal de respeto. Otras, esa mezcla de confusión y piedad logra que los actos del difunto en vida sean reinterpretados a través del ropaje con que el dolor los cubre. El paso del tiempo va intercalando hechos y sobre ellos, a manera de senderos, transitará la historia.
Como ciudadano, cautivo de mi subjetividad, guardo recuerdos muy intensos del paso por la política de Néstor Kirchner. Unos sublimes, otros pésimos. Y están instalados como fotos proyectadas. La dignidad que sentí derramada en mí cuando se paró frente a los militares para indicarles quién era el que mandaba y quién el mandado. Aquella primera equilibrada postura frente a la Iglesia. Su firmeza ante la dura posición del FMI y de algunas jerarquías instaladas en nuestra sociedad, testigo impávido de la silbatina oprobiosa que La Rural le dedicó a un Presidente de la Nación en otros tiempos. También, mi memoria guarda una foto horrible, sonriendo y con aspecto avaro: “Mi platita es mía, mía”, ante un inoportuno periodista que osó preguntarle si pensaba donar la jubilación, como lo había hecho Alfonsín antes. Su visión de la justicia respecto de los derechos humanos fue sesgada. Por eso su desaparición dejó incertezas en temas que hubieran merecido esclarecerse ante la ciudadanía.
Argentina necesitaba, como lo sigue necesitando hoy, cerrar esa negra página de su historia. Pero para ello deberá apostar a tres atributos indispensables: generosidad, ecuanimidad y grandeza.

Juan José de Guzmán
jjdeguztemas.blogspot.com
jjdeguz@gmail.com